I Estación

I

TENGO QUE MORIR

(Te adoramos, Cristo, y te bendecimos)

No eches la culpa a nadie.
No fue sólo Pilato quien me condenó a muerte.
Fuisteis, y sois, todos vosotros los hombres;
todos habéis gritado en vuestra vida:

¡No queremos a ese! ¡No tenemos más Rey que el César! ¡No tenemos más Rey que el dinero, la venganza, el placer!

Acepto. ¡Moriré! Solamente quisiera saber:
¿Por qué? ¿Por qué me rechazas,
por qué no me amas, por qué me condenas? ¿Qué te hice?
¿En qué te contristé?
Pueblo mío, respóndeme.


(Hemos pecado, Señor, Ten piedad de nosotros)

 

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